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En una ocasión, un león se acercó a un lago de aguas cristalinas para calmar su sed.

Al acercarse vió su rostro reflejado y pensó:
—Dios, éste lago debe de ser de ése león,
¡debo tener mucho cuidado con él!

-Atemorizado, se retiró de las aguas. Pero tenía tanta sed, que regresó nuevamente.
Aunque, ¡Ahí estaba otra vez «el león»!..
¿Qué hacer?

La sed lo devoraba y no había otro lugar cercano.

Retrocedió.

Unos minutos después volvió a intentarlo y al ver de nuevo «al león», abrió sus fauces amenazadoramente, pero al comprobar que «el otro león» hacía lo mismo, sintió terror.
¡Salió corriendo!

Sin embargo, ¡era tanta la sed!..
-Lo intentó varias veces, pero siempre huía espantado. Como la sed era cada vez más intensa, tomó la desición de beber agua del lago, sucediera lo que sucediera.

Así lo hizo…

-Entonces sucedió lo insospechado: al meter la cabeza en las aguas, ¡»el león» simplemente desapareció!

MORALEJA:

Muchos de nuestros temores son imaginarios. Solo cuando los enfrentamos desaparecen. No dejemos que nuestra imaginación descontrolada, usurpe el lugar de la realidad, ni nos perdamos en las creaciones y reflejos de nuestra propia mente.

De algún lugar de la consciencia ✨❤️