Llevaba tiempo sintiendo escribir unas palabras sobre la PROSTITUCIÓN:
Definición RAE:
1) Inducir a una persona a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero.
2) Inducir a hacer un uso deshonroso de un cargo, autoridad, etc. Generalmente para obtener dinero u otro beneficio.
Del latín prostituere ‘exponer en público’, ‘poner en venta’, derivado de statuere ‘colocar’. De la raíz indoeuropea de estar.
Más allá de las definiciones oficiales y la etimología de la palabra quiero hablaros sobre su energía, esa energía que cala desde los confines de los tiempos y está perfectamente integrada en la enferma sociedad.
Podríamos hablar de la deplorable manera que tenemos para definir la prostitución, pues con quedarnos con la afección primera nos bastaría. (Inducir a una persona a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero).
También podemos hablar de la lacra que supone la prostitución y la explotación de la mujer en todas sus vertientes. (Esto da para otro post)
“DE LO QUE VOY HABLAR ES DE CÓMO TE PROSTITUYES TÚ”
La vida en sociedad y en general se basa en intercambios de interés para las partes. Normalmente el intercambio se realiza sobre tu tiempo, talento o capacidades para conseguir lo que utilizamos como cambio. (El dinero)
Cuando una mujer se prostituye por necesidad o explotación y se ve obligada a ceder su cuerpo, ¿Crees que quiere hacerlo? No, no quiere hacerlo…Y esa energía que la empuja hacer algo que no quiere hacer y la degrada al máximo nivel, esa energía, es la energía de la prostitución. El intercambio de lo que NO quieres hacer por una supuesta necesidad implantada en el mejor de los casos.
Se prostituyen continuamente, se hacen cosas que no se quieren… ¿Por qué? Nos prostituimos al realizar un trabajo que no queremos, al mantener una relación que hace mucho tiempo terminó, al comprar sin necesidad por mantener un -statu quo-, casas, coches, ropa, al tomarte esa segunda cerveza que no te apetece pero para ser aceptado te la tragas sin rechistar, al permanecer en un lugar que no eres bienvenido. Existe una multiplicidad de situaciones que hacen que te prostituyas de manera inconsciente y a diario.
Esto es la energía de la prostitución según mi sentir, una energía bien camuflada que gobierna nuestra vida, abocándonos al malestar y el sufrimiento. Esto nos aleja de todo lo que somos y queremos, pues, mantiene al corazón enjaulado mientras le cedes el poder al condicionamiento y programas de la mente. Es una energía muy destructiva y acaba somatizando en enfermedad; cáncer, diabetes, infecciones, neurosis, depresión, ansiedad, etc…
Quizá algunos de vosotros os resuenen este escrito y empecéis a darle consciencia, claridad y luz a las veces que os prostituís sin querer y con la posterior consecuencia del malestar.
Sólo el amor propio y la dignidad harán que te alejes de esa energía, el seguir los dictados de tu corazón más allá del pensar o sentir de los demás…
Ahora cuando pienses en prostitución observa el lugar que ocupan tus acciones y la vida que llevas…
Ulan.
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